El Gegant del Pi

¿Se puede huir del pasado familiar? Pau es un hombre de 33 años, la edad de Cristo. Se acaba de comprar un piso con su mujer en el barrio del Raval de Barcelona. Es feliz con su trabajo y con Judit. Se quieren, se miran con amor y ternura mientras van sacando de las cajas todos los objetos y los colocan en su lugar: un cartel de Tortell Poltrona, un electrocardiograma, fotos, fotos de familia feliz; una comida de Navidad, Semana Santa, un salto a la piscina... recuerda como quería a su abuelo. Su abuelo era franquista.rnrnPremio BBVA al mejor espectáculo teatralrnrnPremio de la Crítica al mejor espectáculo de pequeño formatornrn rnrn¿Qué ha hecho mi familia para defender sus propiedades?rn¿De qué seríamos capaces para defender nuestra casa?rn¿Qué haríamos para salvar a un hijo?rnrnLa tribu puede servir para ayudarnos mutuamente o para coger las armas y luchar contra el otro. Nos da miedo y tememos que nos quiten lo que creemos que es nuestro, lo que nos corresponde. Pocas veces nos preocupamos realmente por si estamos ahogando el otro. Nos da demasiado miedo morir, ver morir a los nuestros y en este acto de salvación pisamos lo que nos estorba. Esta pieza habla del fascismo que irremediablemente llevamos dentro.rnrnMi abuelo murió cuando yo tenía 10 años. Lo recordaba maravilloso y lleno de amor, como un hombre que sabía escuchar y querer. Un día, mi madre, como quien no quiere la cosa, me explicó que, a los 28 años, durante la Guerra Civil, había decidido luchar en el bando franquista. En aquel momento, todavía muy pequeño, me pareció anecdótico, que no tenía nada que ver conmigo. Con el tiempo, pero, este hecho me ha generado una distancia dolorosa con su recuerdo. Es de hecho, esta confesión la catalizadora del cuestionamiento de mi identidad, la educación recibida, de las bases para construir mi futuro, para asentar mis valores y gestionar mis privilegios.rnrnPau Vinyalsrnrn rn